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17 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Malos presagios para Ucrania

Miércoles, 27 de diciembre de 2023 00:00

La prensa occidental, acicateada por los deseos de su propia opinión pública, tiende a ocultar el hecho de que el fracaso de la contraofensiva militar lanzada en febrero por el ejército ucraniano y el consiguiente estancamiento de la guerra constituye una victoria táctica de Vladimir Putin, quien se apresta a ser reelecto por una abrumadora mayoría en las elecciones presidenciales de junio próximo, y permite avizorar un horizonte poco promisorio para los esfuerzos de Volodomir Zelenski por recuperar los territorios ocupados por los las tropas invasoras, mientras que las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk, cuya población es mayoritariamente de idioma ruso, así como ocurre con Crimea, anexada en 2017, afianzan sus vínculos con Moscú.

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La prensa occidental, acicateada por los deseos de su propia opinión pública, tiende a ocultar el hecho de que el fracaso de la contraofensiva militar lanzada en febrero por el ejército ucraniano y el consiguiente estancamiento de la guerra constituye una victoria táctica de Vladimir Putin, quien se apresta a ser reelecto por una abrumadora mayoría en las elecciones presidenciales de junio próximo, y permite avizorar un horizonte poco promisorio para los esfuerzos de Volodomir Zelenski por recuperar los territorios ocupados por los las tropas invasoras, mientras que las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk, cuya población es mayoritariamente de idioma ruso, así como ocurre con Crimea, anexada en 2017, afianzan sus vínculos con Moscú.

Esta percepción predominante entre los analistas explica la actitud reticente de la Unión Europea, en especial de Alemania, en profundizar su involucramiento en el conflicto. Si bien el bloque comunitario abrió el diálogo para una futura y eventual incorporación de Ucrania, esa predisposición favorable no está acompañada por la decisión de ampliar sustancialmente la ayuda económica y militar, tal como requiere Zelesnki.

La versión extrema de esa reticencia está encarnada por el primer ministro húngaro Viktor Orban, un líder ultranacionalista y confeso admirador de Putin, que plantea la necesidad de un "debate estratégico" para una revisión de la postura de la Unión Europea. Hungría, limítrofe con Ucrania, se ha abstenido de colaborar con el esfuerzo bélico. Más aún, en un reciente reportaje en el semanario francés "Le Point", publicado con posterioridad al circunstancial encuentro entre Orban y Zelesnki ocurrido en Buenos Aires en ocasión de la ceremonia de asunción del presidente argentino Javier Milei, el mandatario húngaro declaró que "Ucrania es vecina de Rusia, sabemos exactamente lo que está sucediendo. Se sabe que Ucrania es uno de los países más corruptos del mundo".

La gravitación de Hungría en la Unión Europea es muy relativa, pero su relevancia aumenta en función de la sólida relación establecida por Orban con la derecha conservadora de EEUU, abiertamente contraria a la política de Joe Biden. El periódico británico The Guardian reveló que representantes de Orban mantuvieron una reunión reservada con la Fundación Heritage, el "think tank" republicano cada vez más alineado con Donald Trump, quien siempre manifestó una postura demoledoramente crítica a la administración demócrata por su manejo del conflicto.

Estos contactos coinciden con el rechazo al incremento del apoyo económico estadounidense al gobierno ucraniano expresado en el Capitolio por un sector mayoritario de la oposición republicana y contribuyen a dibujar un escenario difícil para Zelenski, más grave aún si se tienen en cuenta las encuestas que indican que Trump aventaja a Biden en la intención de voto para las elecciones presidenciales de noviembre.

Catástrofe demográfica

En esta oleada de adversidad hay que agregar un problema estructural, poco tenido en cuenta, magistralmente descripto en una nota publicada por Cristian Segura en el matutino español "El País", que pone de relieve una debilidad estructural que coloca a Ucrania contra la pared: la cuestión demográfica. La Acnur, la agencia para refugiados de las Naciones Unidas, contabiliza 6,3 millones de refugiados que ya salieron de Ucrania y no han vuelto. Más de la mitad son mujeres y un tercio menores de edad.

En la estimación de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) la cifra de los que retornaron es 1,1 millones de personas de los casi ocho millones que se fueron. Una encuesta de la Acnur de julio pasado consignó que un 18% de los desplazados al exterior quieren regresar a Ucrania en los próximos meses y un 62% recién cuando se den las condiciones adecuadas de seguridad y estabilidad. El 20% restante es proclive directamente a no volver.

En noviembre pasado, en el VII Congreso Nacional de Mujeres Ucranianas, Ella Libanova, directora del Instituto de Demografía y Estudios Sociales de Ucrania( IDSS por su sigla en inglés) reveló "Mi sueño sería que regrese el 50% y si fuera el 60% sería la persona más feliz de Ucrania. Libanova es muy pesimista: "La situación será muy mala, mucho peor que lo que nadie puede imaginarse". Sostuvo que las previsiones de población para 2033 giran entre 26 y 35 millones de habitantes, incluyendo los territorios anexados por Rusia. Si se toma en cuenta la media de esa previsión serían unos 30 millones, lo que representa un 42% menos de población que la que tenía Ucrania en 1991, el año de su independencia, cuando ascendía a 52 millones.

Ucrania ya era un país de elevada migración, como el resto de los que salieron del bloque comunista tras la disolución de la Unión Soviética. Pero si otros países de Europa del Este consiguieron revertir esa situación gracias a una estabilidad política y económica, Ucrania solo ha ido para peor. La investigadora Marina Tvedorstup, del Instituto de Viena de Estudios de la Economía Internacional (WIIW), enumera cinco problemas que se han agravado con la guerra: la caída de la natalidad, el descenso de la expectativa de vida, el aumento de la migración, el envejecimiento de la población y la drástica reducción del mercado laboral.

La expectativa media de vida de los hombres cayó de los 76,4 años, a los 70,4 años. No obedece solamente a las decenas de miles soldados y civiles muertos o heridos. Un informe del Centro para los Estudios Europeos, con sede en Varsovia, refleja "un empeoramiento debido a la invasión del estado psíquico y mental de los ucranianos", que advierte sobre "la perspectiva de una catástrofe demográfica" por "la tendencia negativa para las futuras generaciones de procrear, además de la incertidumbre económica".

Al respecto, Tverdorstup subraya que Ucrania afronta "una gran caída de la natalidad", porque la migración de mujeres durante la guerra tendrá un "impacto a largo plazo". Recalca que "cuantas más infraestructuras se destruyan durante la guerra más probable es que los refugiados se queden en forma permanente en el exterior, lo que sería desastroso para la reconstrucción".

De mal en peor

Un estudio difundido por el Centro Común de Investigación de la Unión Europea (JRC), un organismo de la Comisión Europea, explica que Ucrania ya era antes de la guerra uno de los países con más baja tasa de fertilidad de Europa: "La fertilidad tan baja se explica por la prevalencia en las familias de tener un solo hijo tras la independencia, resultado de la incertidumbre económica, la pobres expectativas, las faltas de servicios sociales y de políticas de familia".

Otro trabajo de la IDSS señala que la tasa de natalidad cayó drásticamente durante la guerra. En 2022 era de 0,9 niños por mujer y en 2023 se espera que se reduzca al 0,7. El promedio en la Unión Europea es de 1,5. Pero no es solo la falta de una estabilidad social y económica lo que está frenando la natalidad en Ucrania. También pesa el desequilibrio demográfico por género. En 2022 había en Ucrania 86 hombres por cada 100 mujeres, pero en 2023 son 110 hombres por cada 100 mujeres. El promedio en la Unión Europea es de 100 hombres por cada 104 mujeres.

En un estudio publicado por el Centro Wilson de Estados Unidos, Libanova advirtió que si la economía de Ucrania no se recupera rápido tras la guerra el éxodo será mayor: "Las familias querrán reunificarse en el extranjero, esto quiere decir que Ucrania podría perder entre un millón y un millón y medio de hombres jóvenes con formación". El informe destaca que "con la migración, Ucrania está perdiendo gente joven, en edad reproductiva, educada y con ganas de prosperar. A medida que se alarga la guerra, el desánimo crece entre los ucranianos y cuanto más meses dure el conflicto más difícil será que regresen las mujeres que se fueron".

* Vicepresidente del Instituto de Planeamiento Estratégico

 

 

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