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“El presidente de la AFA soy yo. Se celebró la asamblea, los dirigentes votaron y se avaló que sea presidente”, aseguró anoche el empresario Daniel Vila, tras esa insólita decisión tomada. Paradójicamente, el dirigente, quien es presidente del club Independiente Rivadavia, no pudo participar de la asamblea en la que fue electo, ya que había salido para hablar con la prensa y luego no le permitieron reingresar.
El empresario había llegado a la AFA con un oficio judicial para poder participar de la reunión en la que se reelegió al actual titular del organismo y, mientras se realizaba el cónclave, reveló a la prensa su malestar porque no lo dejaban ingresar. “No nos dejan entrar, están desobedeciendo la medida judicial. La AFA no nos deja entrar y la Policía no actúa. Tenemos el auxilio de la fuerza pública, pero no nos dejan entrar. Nadie se hace cargo, nadie aparece”, se quejó Vila, en medio de un escándalo y acompañado de un nutrido grupo de dirigentes de otros clubes del interior. De todas formas, y por una cuestión estatutaria, Vila no pudo votar ya que su club está representado por un delegado de su zona de origen. El dirigente presentó una impugnación de esos comicios y un oficial de Justicia fue el martes a la AFA para notificar de esa determinación, pero al golpear en la puerta no lo atendieron, por lo que el escrito no pudo ser entregado.
Mientras Vila aguardaba para entrar a la AFA, y acusaba a la Policía ante los medios por su pasividad, se apagaron las luces del hall central del edificio. Al mismo tiempo, cerca de la puerta principal de la “casa del fútbol” estaban apostados los integrantes de la barra brava de Chacarita para apoyar a los directivos oficialistas.
Cuando finalizó la asamblea empezaron a salir los distintos dirigentes que participaron de la misma y en ese momento Vila decidió retirarse del lugar con una fuerte custodia, en medio de los insultos de los barras y allegados a Grondona.