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El presupuesto proyectado para la Unsa es aún más corto que el de 2025

Con un cálculo de $69 mil millones para 2026, la universidad enfrenta un ajuste real y un déficit persistente. El rector estima que requerirá al menos $73 mil millones para sostener salarios y servicios.
Jueves, 27 de noviembre de 2025 01:27
El presupuesto proyectado para el año próximo en la Unsa implica una caída real y no cubre los costos básicos de funcionamiento. Pablo Yapura
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La Universidad Nacional de Salta (UNSa) cerrará 2025 con fuertes tensiones financieras y proyecta un 2026 aún más complicado. Según anticipó el rector Miguel Nina en una entrevista con Radio Salta, la institución calcula que necesitará al menos $73.000 millones para garantizar un funcionamiento razonable, incluyendo salarios y servicios estudiantiles. Esa cifra está más de $4.000 millones por encima de los $68.863.468.608 que el Gobierno nacional fijó en el proyecto de Presupuesto 2026 enviado al Congreso.

Traducido: los fondos previstos para la UNSa no solo no alcanzan, sino que implican una caída real de alrededor del 2,5% respecto del presupuesto vigente de 2025, tras descontar la inflación estimada.

El panorama, adelantó Nina, amenaza con un año de fuertes restricciones: "Lo que estamos manejando para 2026 es un presupuesto similar al de este año, pero con muchas limitaciones", advirtió.

La advertencia llega en medio de un escenario complejo para el sistema universitario nacional. El Gobierno confirmó que no pondrá en vigencia la ley de financiamiento universitario, una norma que preveía actualizar salarios, fortalecer los gastos de funcionamiento, diseñar un plan de inversiones hasta 2031.

Déficit heredado

La Unsa también arrastra un déficit de $3.085 millones, correspondiente al cierre de 2024, que debe ser cubierto este año. Según el rector, esa deuda, que según dijo fue heredada de la gestión anterior del rectorado, está concentrada en gastos de personal. "Es un tipo de déficit que no disminuye sino que aumenta y cuyo impacto será mayor en 2026", afirmó.

"Lo que estamos manejando para el año 2026 es un presupuesto similar al de este año, con muchas limitaciones, con muchas restricciones."

A esto se suma la caída de dos convenios que financiaban carreras en Joaquín V. González, San Antonio de los Cobres y los dos últimos años de Medicina.

"Por errores administrativos de la gestión pasada , la documentación de 2022 y 2023 no fue presentada y los fondos se perdieron. Hoy la UNSa está sosteniendo esas carreras con fondos propios", indicó Nina.

La universidad ya elevó la documentación a la Secretaría de Políticas Universitarias para intentar recuperar el financiamiento, aunque los resultados aún están en evaluación.

La situación se repite en el área no docente: un acuerdo para financiar cargos quedó trunco, y solo llegaron fondos para algunos. Esta semana la UNSa presentó la rendición correspondiente para reclamar lo adeudado de 2024 y 2025.

Nina explicó que el Ministerio de Educación dejó de financiar cargos vacantes desde 2022 y solo paga los cargos liquidados. "Para el ministerio, las vacancias no existen", explicó. Esto obliga a la universidad a revisar cada movimiento interno y a evitar incrementos de dedicaciones docentes al final del cuatrimestre o para materias que se dictarán en 2026.

El rector insistió en que el objetivo central es garantizar salarios y el funcionamiento básico. Actualmente, la universidad emplea entre 2.300 y 2.400 docentes (personas físicas), que representan más de 3.000 cargos.

Tampoco alcanza

Nina estimó que el presupuesto mínimo debería superar los $73.000 millones para garantizar un funcionamiento razonable. Sin embargo, ese monto no contempla la cobertura total de vacantes ni nuevas expansiones, pero sí permitiría sostener la operación básica. A estos recursos habría que sumar los fondos faltantes para las carreras afectadas y las variaciones salariales que se definan a nivel nacional.

Becas y comedor 

A pesar del escenario de restricción, Nina aseguró que no habrá recortes en las áreas de apoyo estudiantil: becas, comedor y merendero continuarán funcionando. "Son actividades prioritarias", afirmó.

"Lo fundamental es garantizar que funcione la Unsa con limitaciones y opciones que no hemos generado nosotros, sino la gestión anterior".

La Unsa también trabaja en la implementación del Sistema de Créditos Académicos Universitarios, un esquema que permitirá mayor movilidad estudiantil y exigirá actualizar planes de estudio, algunos de los cuales tienen más de 20 años. La SPU envió $10 millones para capacitación docente y para evitar que los fondos se pierdan, la universidad pidió una prórroga y comenzó a ejecutarlos. La meta es terminar la formación este año e iniciar la aplicación del sistema en 2026.

Según Nina, el cambio permitirá acortar trayectorias: hoy la Unsa tiene carreras con promedios de 12 años de duración, incluso en programas de 13 o 14 años.

 

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